Cómo evitar el insomnio tecnológico
Las nuevas tecnologías nos permiten mejorar las comunicaciones y flexibilizar nuestro trabajo, pero estas mejoras pueden provocar efectos negativos para nuestra salud si no sabemos hacer uso moderado de ellas. Es el caso de hacer uso abusivo de las mismas, ya que el simple hecho de llevarnos a nuestra cama los distintos dispositivos para consultar información, chatear y demás… nos puede llevar a padecer insomnio tecnológico. La tecnología tiene influencia en nuestro descanso y por ello es importante conocer que los distintos dispositivos que podemos tener en nuestra habitación pueden ser perjudiciales para nuestro sueño.
La luz azul o también denominada ‘blue-light’, que emiten los smartphones, las tablet, portátiles… crea confusión en nuestro cerebro, de ahí que éste entienda que aún es de día, cuando en realidad lo estamos utilizando por la noche No sólo la luz azul es la que puede afectarnos, también las luces LED que emiten las TV y los ordenadores. Debemos saber que tanto la luz azul como la blanca, puede llegar a tener un efecto estimulante en nuestro cerebro que impide conciliar bien el sueño.
La exposición excesiva a luz artificial puede afectar nuestro ciclo circadiano haciendo que nuestro sueño se resienta. Los expertos indican que es recomendable no estar expuesto a este tipo de luces al menos dos horas antes de irnos a dormir Lo mejor es apagar por completo nuestros teléfonos inteligentes y centrarnos en otras laborales. Nuestro cerebro necesita tiempo para desconectar y sólo apagando completamente nuestros dispositivos podremos olvidarnos de ellos. De esta forma estaremos contribuyendo a no liberar melatonina (hormona con impacto directo en la calidad del sueño).
El tipo de pantalla de los dispositivos indicados emite esa luz en intervalos cortos, provocando en muchas ocasiones que los niveles de melatonina se ralenticen o en algunos casos se lleguen a suprimir. El modo noche de muchos teléfonos limita la luz que envían nuestros dispositivos, lo que permite reducir su emisión. La emisión de estas luces puede llegar a ser la causa de la calidad de nuestro sueño, así como de tener síntomas de somnolencia, cambios de humor, estrés visual, los dolores de cabeza, irritación y fatiga ocular… en nuestro día a día. Según indican algunos estudios esta alteración del descanso nocturno eleva el riesgo cardiovascular y de alzhéimer.
Como resumen de hábitos para alcanzar un sueño saludable y seguir rindiendo en positivo:
- No tengas ningún dispositivo electrónico en tu habitación.
- Deja de utilizar aparatos tecnológicos dos horas antes de acostarte.
- Utiliza los filtros de los que disponen los propios teléfonos inteligentes o acude a app que los proporciona.