Cómo presentarte en menos de dos minutos
Hay varias situaciones en las que tenemos que presentarnos o presentar un proyecto o propuesta en poco tiempo. Enfrentarse a una audiencia y hablar en público no es fácil y menos si contamos con tiempo limitado pero hay técnicas para que no nos pille por sorpresa. Veamos las claves para presentarnos y decir todo lo que tenemos que decir en menos de dos minutos.
Seguro que alguna vez has oído hablar del elevator pitch, básicamente hace referencia a cómo presentar una idea en el tiempo medio que tarda en subir un ascensor. Es por esto por lo que esta presentación tiene que durar entre 45 segundos y dos minutos, siempre menos de tres.
Aunque se habla mucho de esta técnica en relación a la presentación de un negocios lo cierto es que es igual de útil y usada en presentaciones personales y puedes aplicarlo en la creación de discursos sobre tu marca personal.
Algunas situaciones en las que usar una presentación breve:
- Presentación en una entrevista de trabajo: Si has trabajado tu presentación podrás responder con mayor seguridad a algunas de las preguntas con las que más nos quedamos en blanco en una entrevista de trabajo.
- Presentación en actividades de networking: Cada vez vemos más este formato, las ferias de empleo suelen incluir actividades como citas rápidas (speed dating) para poner en contacto a profesionales y empresas, en las que tienes que presentarte en cada cita.
- Presentarse en reuniones de equipo: Solo tenemos una oportunidad para causar una buena impresión, una buena presentación te ayudará a crear la imagen que quieres desde el primer momento entre tus compañeros de trabajo.
- Inicio de acciones formativas de grupos reducidos: hoy en día el reciclaje profesional es imprescindible y no hay formación en la que no nos toque presentarnos.
- Aunque está pensado para ser hablado esta presentación breve puede servirnos para preparar nuestros ‘acerca de…’ de LinkedIn y otras redes sociales, dossieres y otras referencias en webs o eventos corporativos.
Algunas claves para preparar tú presentación
- Tienes que conocerte mejor que nadie. Antes de sentarte a resumir pon en práctica algunas técnicas de autoconocimiento: entrevista personal, DAFO, cronograma o línea del tiempo… Identifica los puntos fuertes y débiles de tu curriculo o trayectoria profesional; así como tu propuesta de valor, la que responde a esa temida pregunta de por qué una empresa debe escogerte a ti frente a otros candidatos, por ejemplo.
- Escríbela y practícala: escribir la presentación te ayudará a estructurar la información; cuando la tengas, practícala en voz alta pero no la recites de memoria, cuando la pongas en práctica debe parecer natural y fluida.
- Selecciona la información y adapta el discurso en función del objetivo de la comunicación y la situación en la que te encuentres. No vas a poder decirlo todo, recuerda que no se trata de decir muchas cosas muy rápido, sino de causar buena impresión y una imagen general de tu perfil profesional.
- Estructura bien la información, a continuación dejamos una sugerencia con el contenido mínimo que debe tener este presentación. Hay que ser claro y conciso.
- Si la ocasión lo permite, aprovecha la situación para entregar tu tarjeta de visita personal con tus datos de contacto.
Guion con el contenido mínimo de una presentación personal
- Nombre y primer apellido
- Perfil profesional: Recuerda, el perfil profesional no es tu titulación, es la ocupación profesional en la que te desarrollas
- Resumen de la formación y la experiencia: No se trata de enumerar todos los títulos y trabajos (para eso está el CV) sino de destacar tus logros profesionales.
- Ventaja competitiva: cuáles son tus valores y objetivos profesionales, cuales son tus fortaleza o qué te define y diferencia como trabajador. Aquí es donde debes ‘venderte’ como lo haría una abuela.
- Expectativas: por qué estás ahí, qué vas a aportar a la empresa, al equipo, al proyecto, qué problema le resuelves a tu interlocutor.
- Llamada a la acción: que esperas obtener de la conversación, el objetivo depende de la situación: una nueva reunión, una llamada, seguir en contacto…
Aunque parezca una obviedad, no olvides saludar, despedirte y dar las gracias.
Dos minutos pueden parecerte mucho o poco tiempo, depende de cómo lo uses, ¡aprovéchalos para mostrar tu mejor versión!
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