La energía del futuro ya está aquí: el hidrógeno

¿Existe alguna energía a nuestra disposición que no genere residuos contaminantes? La respuesta la dio el catedrático de la Universidad de Huelva José Manuel Andújar Márquez en la pasada edición de Café con Ciencia, que se pudo disfrutar vía streaming desde el CAPI de Isla Chica, en la provincia onubense, y en Twitter a través de la etiqueta #cafeconciencia. Esa pregunta se responde con hidrógeno, gracias a una tecnología que ya está entre nosotros y que, en su opinión, ya podría estar en nuestros coches si las grandes multinacionales se pusieran de acuerdo. En su charla, el profesor profundizó en el uso que hacemos de la energía, en cómo se derrocha, en el perjuicio que estamos generando para las generaciones venideras y en el sueño científico de la energía del futuro: la fusión nuclear.

«Las casas de nuestros abuelos necesitaban infinitamente menos energía que las nuestras en el Primer Mundo. No tenían calefacción central, ni aire acondicionado, ni vitrocerámica, ni frigorífico con congelador, ni microondas… Nosotros tenemos una necesidad energética cada vez más grande, casi todo en base a la energía eléctrica. Pero existe la tecnología para obtenerla sin dañar a la Tierra, sin dejar una herencia lesiva muy dañina a las generaciones futuras», explicó.

«Hemos construido una sociedad que se mueve en torno al petróleo. Tuvo la gran virtud, cuando nació, de que era fácil de obtener, y se han creado muchas máquinas que funcionan con él. También en torno a otros combustibles fósiles, como el gas natural. Y también la energía nuclear. Son combustibles que generan residuos, y salvo la nuclear generan CO2, que genera efecto invernadero. Los residuos nucleares son muy peligrosos, ya que tienen la desgracia para la Humanidad de durar miles de años, y hay que enterrarlos en barriles en cementerios nucleares», detalló el experto.

El hidrógeno: los coches del futuro

Según Andújar, no hay ninguna energía que pueda sustituir al petróleo de hoy para mañana, pero sí una mezcla de nuevas fuentes energéticas que pueden empezar a sustituirlo. Y su gran apuesta está en el hidrógeno. No se pueden encontrar y retener bolsas de hidrógeno en la Tierra, porque pesa tan poco que se escapa. Pero está mezclado con otros elementos de donde poder extraerlo, como el agua (H2O). «Al utilizarlo como combustible, resulta energéticamente más potente que la gasolina, pero ocupa más espacio», por lo que se ha de comprimir.

El profesor detalló que este gas se puede concentrar en las llamadas «pilas de combustible», que al convertirlo en electricidad tan solo generaría agua pura como residuo. De hecho, ya existe un prototipo de coche que en lugar de tener un deposito de gasolina, lo tiene de hidrógeno a determinada presión (700 bares). «En un futuro próximo, en vez de un motor térmico los coches tendrán uno eléctrico, alimentado por estas pilas de combustible», avanzó.

«Desgraciadamente, el mundo se mueve por intereses económicos. Esa tecnología existe, no es una entelequia. Si las grandes multinacionales se pusieran de acuerdo para que se empezaran a fabricar estos coches, podría estar disponible en 4 o 5 años, y de partida un 15% de los coches que circularan podrían ser así», aclaró. «El hidrógeno no es una quimera, no es un cuento, ya está disponible».

Proyecto ITER: jugar a ser dioses

Hay ciertas energías renovables que ya están en funcionamiento: la solar (en el plano térmico y en el fotovoltaico) «la podemos ver en las viviendas de nueva construcción». También la eólica, que según Andújar ya estaba tenida en cuenta desde el siglo XV y tiene una imagen imborrable en ‘El Quijote’. Otras menos desarrolladas son la mareomotriz: «En Isla Cristina hay ruinas de antiguos molinos de mareas», explicó . En Huelva, además, está la caldera más grande de biomasa de España, que genera 50 megavatios de energía eléctrica.

Pero el futuro lejano va por otros derroteros. «La humanidad es muy osada, tiene el afán innato de controlar la naturaleza, y eso es lo que ha permitido que evolucionemos y seamos competitivos», afirmó el catedrático. La idea futura pasa por reproducir en la Tierra la combustión de las estrellas, «que seamos capaces de generar la misma energía, esa enorme cantidad, que provendría de la fusión nuclear». La energía nuclear que ahora conocemos se basa en la fisión, esto es, dividir el átomo y producir una reacción controlada para extraer energía del mismo.

La fusión, que es la unión de núcleos atómicos de carga similar y que es lo que ocurre en estrellas como el Sol, supondría «el final del problema de abastecimiento de energía para el futuro de la Tierra, nunca seríamos capaces de gastarla».

El problema es que para generarla tendríamos que tener un horno que aguantara millones de grados. «Hasta el diamante se derretiría», explicó el experto. Lo que están investigando ahora los científicos es la posibilidad de crear «hornos invisibles», limitados por campos magnéticos. «Hay un proyecto impulsado desde la UE, Japón, EEUU, Canadá, Rusia, India y Corea del Sur, llamado Proyecto ITER, que para 2018 o 2020 podría tener el primer generador experimental de fusión para poner en práctica estas tecnologías», detalló Andújar, si bien los primeros resultados prácticos no llegarían hasta 2050 o 2060. Para el profesor, esta posibilidad es aún lejana, y reconoce que suena a «jugar a ser dioses».

¡La energía se nos escapa de las manos! Consejos…

Con el consumo de energía que en la actualidad realizamos le estamos dejando una herencia muy mala a las generaciones futuras. «Bangladesh está al nivel del mar, y si la temperatura de la Tierra sube un par de grados en 50 años, el 70% estaría cubierta por el agua», puso el conferenciante como ejemplo. «Es la actuación lesiva de la Humanidad la que está cambiando las condiciones de vida en nuestro planeta», sentenció.

Hay una gran cantidad de energía que tiramos sin utilizarla, sobre todo porque las casas no están acondicionadas. Y porque tenemos una serie de costumbres, como relató Andújar, que no controlamos:

• A veces se climatiza toda la casa cuando los habitantes están solo en una habitación.
• Dejamos luces encendidas que no son necesarias.
• Dejamos los cargadores de móviles, ordenadores y tabletas conectados a la red eléctrica cuando no los usamos.
• Apagamos la televisión con el mando a distancia, dejándo el aparato en ‘stand by’ y consumiendo energía.
• Etc…

Con todo, es el derroche de energía térmica el que es más evidente. «De todas las casas se escapa una gran cantidad de energía. Necesitamos que las casas sean estancas, herméticas», explicó. El profesor puso sobre la mesa un ejemplo práctico, que cualquier usuario puede hacer en su casa. Basta con pasar la mano por los bordes de las ventanas y puertas de una casa para notar frío por donde el calor se está escapando. «En el mercado hay productos que hacen las casas más herméticas», aconsejó el profesor.

Protonterapia contra el cáncer, en Huelva

Saliéndo de la materia energética y asomándose al de los avances médicos, José Manuel Andújar habló sobre el proyecto en el que está involucrado desde la Universidad de Huelva con el Hospital Juan Ramón Jiménez, «que es una referencia nacional e internacional». Si los tratamientos más usuales para el cáncer pasan por la radioterapia o la quimioterapia, este nuevo modelo consistiría en la radiación de protones, o protonterapia.

«A grandes rasgos, estamos trabajando en una tecnología que produce menos daños en los tejidos sanos; en España no hay ningún centro que pueda hacerlo, y queremos que el primero esté en Huelva», avanzó, aunque aún queden años para ver los primeros resultados.

¡Nos vemos en el próximo Café con Ciencia!

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