Guadalinfo desde dentro: Larga vida a Saramago
Se acaba de cumplir un mes desde la muerte de José Saramago, Premio Nobel de Literatura, hijo adoptivo de la provincia de Granada (2006) e hijo predilecto de Andalucía (2007). Recuerdo ser testigo de aquel acto y como, junto con Francisco Ayala, el Presidente del Gobierno le imponía tal distinción en el crucero del Hospital Real en un acto organizado por la Diputación granadina. Ya con la sencillez y la humildad que le caracterizaba hacía notar su aprecio por nuestra tierra, aprecio que más tarde hizo constar el 28-F con su distinción como hijo predilecto de Andalucía, por parte del Presidente de la Junta. Sus múltiples reconocimientos no le hacían rebajar ni un ápice su conciencia crítica. Su ternura seductora, su arsenal ideológico rezuma palabras sobre la cultura, economía, política, religión, sobre la evolución de la propia sociedad. Afirmaciones como las que realiza nos hacen que pensar aún más sobre lo que muchas veces venimos escuchando en el entorno de la innovación: “La sabiduría no es necesariamente consecuencia de la vejez”, ahí es nada. Él mismo confiesa muchas veces que sentía una profunda admiración por su abuelo quien, a pesar de ser analfabeto, era un sabio porque con el paso de los años fue madurando aún más su sabiduría. La vida es un aprendizaje y por tanto la capacidad de aprender, de ensayar, de sacar lecciones de los errores no es una cuestión de años, sino de actitud ante la vida, de una predisposición humilde a interpretar lo que va ocurriendo en ella, para aprender de las equivocaciones. «Si hay que buscar el sentido de la música, de la filosofía, de una rosa, es que no estamos entendiendo nada», decía Saramago. Eso es lo que le distingue a este sabio universal.
Su activismo reflexivo le ha llevado a dejarnos algunas perlas de su pensamiento contemporáneo y rebelde con actitudes contemplativas: “la clave es entender que la democracia no es un punto de llegada, sino un punto de partida. Con el pasotismo, lo que se ha logrado con lucha poquito a poco se irá perdiendo. Hay que tomar partido. Actuar, no callar. La indiferencia puede preparar un futuro muy negativo”. Su compromiso siempre estaba con los que menos tienen, con los abandonados y las clases sociales más desprotegidas. Nunca tuvo miedo al porvenir por si mismo, sino por los jóvenes, por sus nietos; sabía que no iba a vivir como lo hizo Francisco Ayala, aunque estuvo cerca. Sabía que al final de sus días, su hora cercana, no le inquietaba en absoluto. “Soy consciente de que me acerco al momento de decirme a mí mismo: Se acabó, ya no tienes más que contar”. Pero ese día comienza otra etapa: la inmortalidad y la vitalidad de su obra, de un pesimista que cree que hay mucho por hacer (el optimista está contento con lo que hay, decía).
Guadalinfo ha querido sumarse al homenaje a este sabio, visionario de los cambios sociales, a este andaluz predilecto, que desde Castril (Granada) proyecta y crea un nuevo marco, una nueva ventana de conocimiento abierto al mundo a través de la red. “Los seres humanos matamos más que la muerte” decía en Sevilla recientemente Saramago. Nosotros queremos hacerlo vivir, en esta red viva que es Guadalinfo. Se preguntaba: “¿Qué pasaría si la gente dejara de morir, si pudiéramos vivir eternamente?” En opinión del escritor portugués, “sería un auténtico desastre”. Como él gustó decir del rio Castril, mirando sus aguas: «el tiempo tiene otro sentido, como un instante de eternidad en la atroz brevedad de la duración humana. La nuestra».
Nosotros, sin soberbia y con humildad, vamos a contribuir a ese desastre convertido en oportunidad que ya es una realidad en el mundo: Saramago no ha muerto ¡Larga vida a Saramago!
Juan Francisco Delgado
Director General Consorcio Fernando de los Ríos