Expertos intercambian experiencias sobre el modelo de sostenibilidad de los telecentros

Rodrigo Baggio, en su intervención. Foto: Jesús Ochando

La segunda jornada de trabajo del IV Foro Global de Telecentros, Spark13, que reúne en el Palacio de Congresos de Granada a más de un millar de personas procedentes de 42 países, ha arrancado  con una ponencia dedicada a analizar la sostenibilidad financiera de los telecentros.

El debate ha girado en torno a cuál debe ser el modelo futuro de los telecentros y cómo deben financiarse.  Para abordar el modelo de sostenibilidad se ha contado con la participación de Rodrigo Baggio, uno de los más reconocidos y respetados empresarios sociales del mundo, pionero de la inclusión digital en América Latina y miembro de las cuatro organizaciones con más renombre mundial que se dedican al emprendimiento social: Avina, Ashoka, la Fundación Schwab y la Fundación Skoll.

Baggio ha contado la experiencia de trabajo con los 780 Centros para la Inclusión Digital (CID), un “modelo de franquicia social” que funciona en la actualidad en 12 países de América Latina, muchos de ellos en comunidades indígenas o al servicio de colectivos de discapacitados o comunidades carcelarias. Un  tercio de los CDI se financian a través de cursos donde los usuarios aportan una pequeña aportación de dinero y también a través de la prestación de servicios a comunidades, empresas y corporaciones gubernamentales. Otro tercio está en vías de ser sostenible económicamente, mientras que sólo el otro tercio restante depende de la financiación pública o del dinero de fundaciones porque se dirigen a colectivos desfavorecidos.

Baggio se ha referido a los “microemprendimientos” que han surgido de los CDI  y ha subrayado que, más allá de los reconocimientos obtenidos,  lo más importante en la labor social cuando “la tecnología se convierte en una herramienta que permite cambiar nuestra sociedad  y disponer de más libertad y solidaridad”.

Por su parte, el profesor en la Universidad Abierta de Catalunya e  investigador en su Instituto Interdisciplinario de Internet, Ismael Peña López, se ha referido a la necesidad de que el telecentro cambie de modelo como espacio de conocimiento y no sea esclavo de un espacio físico. A su juicio, es importante que se conviertan en “plataformas ciudadanas más participativas y su actividad tenga en cuenta las estrategias compartidas”.

En la ponencia también ha intervenido Francisco García Morán, miembro del Consejo de Administración de ENISA (Agencia Europea de Seguridad de la Información), quien se ha referido a las líneas de trabajo de la Unión Europea en materia de investigación tecnológica. Desde su punto de vista, España necesita incidir en la formación y educación, y resolver el problema de la movilidad laboral para llegar a ser más competitivos, una tarea en la que deben implicarse todos los agentes sociales.

A su juicio, los telecentros pueden jugar un papel esencial como colaborador de  la UE y se ha referido a las perspectivas financieras de los fondos estructurales europeos que podrían ponerse al servicio de los telecentros a partir de 2016.

Por último, Amalio Rey, fundador y responsable de proyectos de eMOTools, se ha centrado más en el modelo de financiación que debe adoptar el telecentro del futuro. Ha expuesto las distintas fórmulas de sostenibilidad que hoy predominan en los telecentros -financiación pública, patrocinios privados, crowdfunding y la autogestión de redes de voluntarios (Procomún)- pero ha dejado claro que “el fin social y al sensibilidad política determinarán la sostenibilidad”. “Los telecentros serán importantes en la medida que los ciudadanos lo quieran”, ha asegurado.

A su juicio, “no son un fin en sí mismo sino un medio para solucionar los problemas”, si bien se ha mostrado partidario de que los telecentros funcionen como “ecosistemas digitales de colaboración”, tengan una identidad propia y  su labor no se solape con otros modelos.

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