El Internet de las Cosas, ¿qué es?
Es probable que alguna vez hayas escuchado este término, quizá te haya pasado desapercibido pero cada día es más frecuente encontrar su huella en nuestra vida cotidiana.
Hace quince años habría sido impensable poder realizar la compra desde nuestro frigorífico, conectar la calefacción de casa desde la oficina, alertar al servicio de urgencias desde un dispositivo del tamaño de una moneda, comprar desde nuestro televisor, o registrar nuestros tiempos en carrera desde nuestras zapatillas o reloj.
Estas posbilidades es lo que se ha dado en llamar el Internet de las Cosas (IdC o IoT, Internet of Things, por sus siglas en inglés). Este término acuñado en 1999 por el MIT (Instituto tecnológico de Massachusetts) se refiere a la capacidad para crear una red de objetos cotidianos interconectados.
Se trata de sistemas formados por dispositivos y sensores conectados, capaces de recopilar y analizar datos conviertiéndolos en información y conocimiento y comunicarlo. Se determina que existe el Internet de las cosas desde el momento en el que existen más cosas (maquinas, dispositivos, sensores) que personas conectadas. Actualmente el IdC está formado por una serie dispersa de redes creadas con diferentes fines.
Para comprender lo que entendemos como IdC, debemos diferenciar entre Internet y Web, ya que el primero es un termino más amplio que el segundo. Entendemos por Internet el sistema de dispositivos tecnológicos capaces de transportar información de un punto a otro de forma veloz, confiable y segura. Mientras que la Web es la capa visible, la interfaz que permite utilizar la información generada por esos recursos tecnológicos.
La aparición del IdC ha supuesto una gran revolución y ha dado lugar a la aparición de términos como ‘vivienda inteligente’, o ‘ciudad inteligente’.
Como decíamos al inicio de esta entrada existen sistemas que permite controlar la calefacción de las casas de forma remota, pero no solo esto si no que pueden subirse o bajarse las persianas, conectar los aspersores, podemos conocer el precio de la electricidad en cada momento del día, además del desarrollo de sistemas de vigilancia del hogar, entre otros muchos. Todo ello se traduce en ahorro energético, económico y seguridad.
Se entienden por ciudades inteligentes aquellas que utilizan la aplicación de estas tecnologías para mejorar el aprovechamiento de los recursos que necesitan los núcleos urbanos para conseguir sistemas sostenibles.
Pero no solo esto, el Internet de las cosas, también llamado Internet de los objetos está presente en multitud de escenarios. La nueva generación de automóviles, por ejemplo, incorporan diversos sus temas inteligentes, los nuevos sistemas de frenado y aparcamiento por ejemplo. Es decir, los sistemas en red insertados en el coche son capaces de captar información a través de los sensores, analizarlos y comunicarlo traduciéndolos en órdenes de emergencia.
Los relojes usados por deportistas para la monitorización de datos bioquímicos como presión arterial, ritmo cardíaco, y datos como velocidad, kilómetros recorridos, etc,. que pueden ser almacenados y analizados para su entrenamiento.
Otro concepto asociado al Internet de las cosas es la identificación única, con la que nos referimos no a la identificación en sí, si no a la capacidad de asociar datos de forma remota a un sistema. Por ejemplo, el chip que permite recuperar una mascota.
Existen muchos más ejemplos, y aplicaciones ya que el IdC está directamente relacionado con todos aquellos objetos a los que llamamos dispositivos inteligentes (Smart TV, smartphone, etc.) y las posibilidades son infinitas y crecen a gran velocidad.
En definitiva el IdC será cualquier sistema que facilite la comunicación, entendiendo esta como el intercambio de información de manera que sea comprensible tanto por el emisor como el receptor, entre cualquier cosa, animal o persona.
Ahora que ya sabes lo que es el Internet de las Cosas, ¿qué otros ejemplos encuentras en los objetos que te rodean?
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