El futuro de la Administración es móvil

El estado actual de las tecnologías permite predecir los escenarios que nos esperan a medio y largo plazo en el futuro. En lo que respecta a la relación entre los gobiernos y los ciudadanos, los pronósticos se basan en la convergencia entre una implantación eficaz del e-government y la tecnología de Internet móvil, gracias a los teléfonos móviles. Así, parece que el camino está abocado a proporcionar una experiencia completamente diferente a la actual, con un contacto directo, instantáneo y ubicuo con la Administración.  En otras palabras, lo que se denomina m-government.

Poder realizar trámites de forma instantánea y sin horarios, en el campo o desayunando en una cafetería puede ser posible en menos tiempo del que pensamos. A favor de la efectiva puesta en marcha de este sistema está la masiva adopción del teléfono móvil (en España hay más de un dispositivo por persona), muchos de ellos además modernos y con posibilidad de conexión a Internet, gracias a los planes de renovación de terminales que ofrecen las compañías. Además, no hablamos sólo de la universalización de Internet en el móvil, que llegará antes o después, sino de la posibilidad de usar los SMS como instrumento de interacción entre ciudadanos y administraciones. Es una tecnología ya existente y plenamente implantada, ya que cualquiera sabe mandar un mensaje. No hay que olvidar tampoco los nuevos dispositivos como los netbooks, ultraportátiles con conexión 3G y los diversos tipos de MID (Mobile Internet Device). Sea cual sea el continente, la tendencia apunta a una conexión inalámbrica y permanente a la red.

No todo van a ser bondades, por supuesto. Aún queda mucho camino por recorrer, tanto tecnológico como formativo. A la necesaria universalización de las conexiones inalámbricas se une la definición de un sistema que funcione eficazmente, sea fácil de utilizar y seguro, y que además esté bien promocionado entre la población para fomentar su uso. También hay que dedicar recursos suficientes para que los empleados de las administraciones sepan utilizar correctamente las nuevas herramientas y aplicaciones, y asimismo procurar que estos avances no provoquen un aumento de la brecha digital en ciertos sectores de la población menos acostumbrados al uso de las TIC.

Las herramientas están ya en nuestras manos y las administraciones aspiran a hacerse más accesibles al usuario. Falta saber cuándo se dejará de hablar de experiencias piloto y proyectos pioneros, pasando a ser iniciativas consolidadas. ¿Será más pronto que tarde? ¿Qué opináis?