Declaración de Granada: el día después
El Palacio de Carlos V en Granada fue el escenario donde se escenificó el nuevo impulso a la economía digital europea. En el histórico enclave alhambrino se celebró la Reunión Informal de Ministros de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información de la Unión Europea, que ha dado lugar a la Declaración de Granada, un documento base que fija los puntos clave para la Agenda Digital Europea hasta 2015. Se trata de un primer punto de partida que deberá desarrollarse en posteriores documentos, pero permite saber buena parte de las intenciones de la Unión Europea sobre la regulación de Internet y la Sociedad de la Información.
Entre los aspectos más destacados de la declaración está el compromiso de extender la banda ancha como un derecho universal al 100% del territorio de la Unión en 2013. El acceso a Internet, independientemente del lugar de residencia, se convierte así en un derecho reconocido como hasta ahora era la línea telefónica convencional. No obstante, no se especifican datos sobre la velocidad mínima de la conexión, aunque en España sí existe el compromiso de dotar a todo el territorio nacional de banda ancha de 1 megabyte en 2011. Y no hay que olvidar que toda Andalucía ya disfruta de este servicio de forma oficial desde hace pocos meses, convirtiéndose en la primera Comunidad Autónoma en conseguir este logro.
Por otra parte, entre los objetivos de la UE explicitados está “promover una amplia penetración de la banda ancha de velocidad ultrarrápida en el 2020”, promoviendo para ello “un fuerte impulso al despliegue de redes de velocidad ultrarrápida de nueva generación , impulsando para ello la competencia entre proveedores de banda ancha y la implementación de un marco regulatorio predecible”.
Asimismo, otro punto fundamental es el fomento de un Mercado Único Digital de ámbito europeo para los contenidos y el comercio electrónico, entre otros medios, a través de la eliminación de los obstáculos regulatorios. Según el ministro de Industria, Turismo y Comercio español, Miguel Sebastián, ello ayudará a reducir la piratería en Europa, entre otras cosas.
Neutralidad y derechos de autor
Había expectación por comprobar si se haría mención expresa en la declaración a aspectos especialmente polémicos, como la neutralidad de la red, la “tasa Google” o la protección de los derechos de autor en Internet. Lo cierto es que el documento hecho público apenas menciona estos aspectos, aunque sí hace algunas referencias, aunque sean vagas. Así, uno de los objetivos es “Salvaguardar el carácter abierto de Internet, mediante la implementación y la
supervisión de la nueva normativa de comunicaciones electrónicas de la UE, en lo relativo a la explotación de redes”.
Por otro lado, respecto a los derechos de autor se asegura lo siguiente: “se debería promover activamente el desarrollo de los mercados europeos de contenidos digitales, mediante soluciones
prácticas que impulsen nuevos modelos de negocio, así como con medidas concretas que reduzcan la fragmentación del mercado para la reutilización y el acceso a contenidos digitales, y que, al mismo tiempo, protejan y aseguren la justa remuneración de los derechos de autor”.
En definitiva, el encuentro sirvió para fijar unas bases importantes para que la Unión Europea avance hacia la eliminación de la brecha digital y armonice el funcionamiento digital de sus estructuras. Los temas que pueden suscitar más debate entre la ciudadanía se han dejado esta vez en un segundo plano, aunque seguro que no tardan mucho en volver a salir a la palestra. De hecho, la intención de la Comisión Europea es abrir un debate ciudadano sobre la neutralidad de la red antes de este verano.
La declaración completa se puede leer a continuación:
La anécdota del encuentro fue la escasa asistencia de invitados a Granada, debido a los problemas de transporte causados por la ceniza volcánica. Tan sólo estuvieron físicamente los ministros de Grecia, Bulgaria y Portugal, mientras que el resto de invitados participaron desde sus países a través de videoconferencia. El ministro de Industria español, Miguel Sebastián, aprovechó la circunstancia para alabar las posibilidades de las nuevas tecnologías a la hora de organizar reuniones multilaterales, y reivindicó el sistema de videoconferencias como método para ahorrar tiempo, dinero y energía.